Número 20 Época IV Marzo-abril 2011 Conclusiones No es oficio del investigador el lograr que los conceptos y teorías propuestas alcancen el nivel de verdades absolutas sobre la realidad, sino más bien el de construir modelos que asistan a la descomplejizacion de la realidad, recabar datos sobre la vida que permitan reconocer a través de acciones concretas ideas y supuestos que hagan más comprensible la vida, que permitan explicar cómo es que ésta se va desarrollando y poder entender el caótico devenir de los sucesos cotidianos. A partir de las observaciones y su categorización podemos expresar ideas que nos ayuden a entender los niveles simbólicos de la realidad, del trabajo y de cómo están enraizadas en las actividades cotidianas las consideraciones sobre el género en la sociedad mexicana; imposible de ser observada en su totalidad, pero sí especificada y tomada en cuenta compartiendo una problemática que va mas allá de las limitantes territoriales, o de época. El trabajo, que aborda una temática con niveles de análisis y de interpretación infinitas, podemos ligarlo a las problemáticas de género que existen en la sociedad sólo para comprender que las características que surjan de la observación harán de cada caso un ejemplar único, que pueda dar luz sobre la multiplicidad de resultados y contribuya a iluminar el mosaico de investigación sobre el trabajo en una o más de sus formas de investigación. Así, en la gráfica siguiente se puede observar cómo es que la desigualdad que genera la diferencia de sexos afecta de manera diferente ámbitos de la vida social, necesita ser explicada. Quizás, para efecto de este trabajo, las interpretaciones de la diferencia de la distribución de desigualdad sean escasas, pero si asisten a establecer en México la desigualdad de un fenómeno cultural existente en cada estado de la república, cada uno con una tasa diferente debido a las diferencias sociales y culturales, pero sin lugar a dudas en ellos las condiciones del proceso laboral en sus múltiples manifestaciones estarán permeadas por esta desigualdad de género; los datos sobre trabajo y empleo reflejarán tales diferencias de igualdad, y su análisis permitirá establecer las causas particulares de algún caso especifico que pondrá en relieve la desigualdad de género que se observa en las relaciones laborales.
FUENTE: Tellez, Anastasia Infantes. Iidentidad socioprofesional Este mapa nos puede dar mayores interpretaciones al ligarlo con el muestreo de población del 2005 realizado por el INEGI, donde se observa que si bien no existe una gran diferencia en la distribución de la población por género si habrá en un futuro cercano una gran cantidad de hombres y mujeres que se insertarán a la vida económicamente activa, solicitando de las instituciones públicas y del estado una atención a las demandas laborales, y si lo relacionamos con el mapa anterior, podremos inferir que se enfrentarán a una fuerte discriminación en lo referente al trabajo concentrándose esta situación en el sur del país, por lo que de no atenderse a estos indicadores, de no tomar cartas en el asunto, se repetirá y perpetua la condición de desigualdad.
Históricamente, el norte de país por la cercanía con los Estados Unidos y diferentes factores económicos y sociales, se ha visto con mayor desarrollo en infraestructura y economía, lo que de manera evidente ha contribuido al desarrollo educativo y a la reconfiguración de los patrones culturales de las sociedades en los estados del norte y de las zonas metropolitanas más importantes del país. Este proceso de reordenamiento de las dinámicas sociales y de los cambios en la configuración social han traído como consecuencia evidente que prácticas de segregación por género se vayan erradicando, si bien es cierto que no se pueden eliminar por completo si se tiene una perspectiva diferente, un tratamiento diferente de la inclusión de las mujeres en el ámbito laboral. No sólo se trata de que las mujeres sean consideradas con los mismos derechos que los hombres dentro de las ciudades, sino también habrá que observar que las dinámicas laborales que cada vez se ven forzadas a recibir a madres solteras en los procesos laborales se enfrentan a que las familias se han dejado de considerar como aquellos espacios en que las mujeres atienden el hogar y el hombre trabaja, para ser ahora elementos sociales donde o ambos padres trabajan o existe solo uno de los padres, modificando con ello la idea misma de trabajo. Como instituciones, el trabajo y el género se enfrentan a una reconfiguración; los esquemas que delinearon la forma de los institutos y los organismos estatales que atendieron a las necesidades de la población y conformaron los espacios laborales, se ven ahora ante la necesidad de reconfigurarse, de atender a nuevas realidades, de adaptar sus circunstancias a una dinámica en la que el género ya no es una limitante del procesolaboral, sino más bien una característica que permite que se estudien y se hagan observables, que se busque atender a las problemáticas que generan y asista al reconocimiento de las nuevas dinámicas sociales. Ahora bien, este trabajo comenzó con la premisa de que el trabajo y el género son supuestos de la vida cotidiana y la prueba fehaciente de ellos es que como instituciones que moldean la vida de los individuos y de las organizaciones, están los anexos y graficas que han soportado este trabajo, es decir la manera en que se comprende al trabajo es parte de la realidad social y que el género es una problemática simbólica de la vida social, nos ha hecho construir, como sociedad, modelo de análisis y metodologías que nos permiten pone énfasis en los problemas de la sociedad. El INEGI tiene tabuladores e indicadores de trabajo, desempleo y desocupación, como los anexos de ese trabajo, que permiten observar el nivel en que el género afecta a estos indicadores, se construyen herramientas para conseguir las relaciones entre las diferencias de hombres y mujeres relacionadas con la actividad laboral. Mayor evidencia que ésta no se puede proporcionar, no porque sea inexistente sino porque se trata de instituciones que queremos entender pero que sin lugar a dudas configuran la manera en que las comprendemos y organizamos nuestro mundo alrededor de ellas; el trabajo y el género son resultado de las acciones cotidianas y su transformación en la época actual atiende a circunstancias socio históricas, políticas y económicas y no sólo a la diferencias de sexo que biológicamente tiene hombres y mujeres. |
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