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CUADERNOS DE EDUCACIÓN SINDICAL # 87

POEMAS
Ángeles Rivera

 
 

 

   
       

Soneto del amor tenaz

Amor de carne y hueso que te abarca
enceguecido y loco te circunda
por no querer que la pasión se hunda
el olvido apartó, dejó su marca.

Aferrado está en ti, con diente y garra
clavado corazón en la memoria
indómito buscando la victoria
su altiva soledad en ti desgarra.

Audaz pretende derribar los muros
que allá dentro de ti se levantaron
y en ese terco empeño se desangra.

No escucha ya mensajeros oscuros
Voces del desamor que contra del armaron
y como llama al viento, mas se agranda.

Antigua habitación

Antigua habitación, altas ventanas
concha marina, madreperla
cofre de la memoria y los anhelos;
tutelas el recuerdo de los besos
de manos engarzadas y de sueños
del insensato adiós, definitivo.

Fuimos arrebatados por la ausencia
perdimos el camino de regreso
pero al igual que yo, sé que él recuerda
y en las tardes que hiere la nostalgia
volamos hacia ti, morada del amor
hoy tan vacía.

Rompen las olas

Rompen nocturnas a mis pies las olas
y junto a ti, marina inmensidad lo evoco:
dulce y profunda mirada de poeta,
solo, ante el mar, anuda los recuerdos;
lanza la red sobre las tibias aguas
alcanza el horizonte pero vuelve.
En el vaivén marino el tiempo se deslíe...

Toca su rostro la luz de las estrellas
revuelto el bruno pelo por la brisa
recoge sus recuerdos en silencio
yen la arena del mar los eterniza.

No me pidas hermano...

No me pidas hermano que le cante
a las luces plateadas de la luna
cuando corre la sangre de los buenos
cuando siegan las vidas una a una.

No me pidas que broten de mi pluma
bucólicas las voces del estío
mientras danza la sombra de la muerte
en los cuerpos transidos por el frío.

Ya no puedo mirar a las estrellas
ni sentirlas amadas por lejanas
cuando sorben la sangre de los míos
cuando el hambre atormenta las entrañas.

Cuando en las calles solitarios vagan
pequeños seres que arrojó la vida
de arpegios y de flores exquisitas
no me pidas hermano que yo escriba.

Cántaro de luz

Sola la ermita en el sereno valle...
un alma se desliza en el incienso
fluye de pronto el contenido llanto
el dolorido corazón se abre en silencio
y el tiempo pasa sin saberse cuanto.

La mañana se anuncia en la campiña
el alma entumecida ha despertado
es su llanto cual agua cantarina
mira su corazón se ha transformado:
es cántaro de luz, de luz divina.

Soledad

Esta tarde llegó la soledad a mi retiro
su aguda punta penetró en el pecho
le pregunté por que, mas todo fue silencio.

Busque en penumbras presencia de los otros;
solo pasaron sombras que no se detuvieron
tendí mi brazo al rostro que miré cercano
mas como nube al viento, se deshizo en mi mano.

Hoy conocí la soledad:
estuve entre la ausencia de los otros
sola en la multitud de sombras solitarias.

Como las aves

Como las aves que retornan siempre
al lugar que escogieron entre sueños
siempre regreso a ti y en ti me pierdo.

Inútilmente busco la huella de mi ser
en tus resquicios, la luz de un viejo
sueño en tu pupila;

Recorro los caminos del recuerdo:
aquel momento en que se ahogó mi sangre
ese del ángel que murió asfixiado
pero mi sombra del dolor encuentro
y entonces pienso que el espejo he roto
que arranqué maldiciendo, mis raíces
que me expulsé de ti al execrarte
que nada me une a ti, que me olvidaste.

Cinco haikus amorosos

I
Ángel pausado
anudas nuestras almas
¿Por qué tan lento?

II
Tu mirada:
un ángel toca
su campana
se para el tiempo.

III
Tu mano:
amorosa cadena
posesión absoluta.

IV
Húmeda la caricia
en la insólita noche
hablan los cuerpos.

V
Oscuridad:
encendidos los cuerpos
asoma el paraíso. "

Escribo este poema, amor

Escribo este poema, amor, por que lo esperas
límpido espejo en que mirarte quieres
cascabel que repique en tus oídos
nota de piano volando en tus recuerdos
la suave alforja en que guardadas queden
todas las cosas que tuvimos juntos:
las gotas de agua, las palabras,
la cueva de cristal y la de fuego.

Escribo este poema amor, por que te quiero
a pesar de los siglos de nostalgia
a través del silencio amurallado
sobre el grito y la sangre de la hoguera.

Escribo este poema amor, para tu vida
árbol sediento cercado por espinas
vida que canta en medio del desierto
frágil ternura golpeada por el viento.

Escribo este poema amor, para este tiempo
tiempo de sueños, de amor y rebeldía
torbellino de signos recobrados
que va uniendo tu vida con la mía.

Tus besos

Tus besos, pétalos de frescura
que por mi piel resbalan
iban dando su luz
fueron dejando marca.

Tus besos, avecillas ansiosas
que en la lluvia cantaban
iban tejiendo sueños
sobre el ritmo del agua.

Tus besos, redes de fantasía
que la noche alumbraban
apresaron el cuerpo
van apresando el alma.

Mis palabras

Mis palabras, bandada de luciérnagas
vuelo de colibríes, naves que sueltan sus
amarras y navegan.

Despliegan sus emblemas en tus ojos
baten sus breves alas en tu oído.

Mis palabras, nautas esperanzadas
brillando en el silencio de la noche
en torno de la luz que se te escapa.

Esperan, simplemente esperan
ver la señal, la grieta
en ese tu corazón amurallado
para entrar y esparcir sobre los vientos
la aurora que retienes prisionera;
encenderán la antorcha de tus ojos
y serás como un dios iluminado;
acudirá la música a tus labios
libre estarás al fin, con mis palabras.

Espejo

Al fondo del espejo te contemplo amado
prisionero de la noche
y miro tu coraza recordando
la que tuve hace tiempo.

Me pesan tus cadenas y tus hierros
me duelen tus heridas, veo tu llanto:
te corroe por dentro.

A veces me imagino en la penumbra
otra vez en la sombra, en el silencio
pero tú estas allí, allí te encuentro
y olvido mis temores y te beso.

En las horas nocturnas yo te busco
por que tienes la luz que necesito
por que marcas mis pasos sin saberlo
por que mueves mi ser cuando te miro.

Quiero estar junto a ti por que te quiero
por que miro brillar sobre tu pecho
la media luna que perdí en el tiempo.

Déjame acompañarte bien amado
déjame reflejarme allí en tu espejo
que será como hundirse en la tibieza
de las aguas del mar en plenilunio.

Solos

Juntos los dos brotamos de la nave
pisando suavemente las arenas, caminamos
tu mano se marcó en el horizonte
señalando las lunas.

Siete arcoiris nos miran desde lejos
las siete lunas alumbran tus cabellos
ondas de viento agitan nuestras frentes
al mirar nuestro mundo suspendido
en el hueco silente del espacio.

Solo los dos, inermes. y desnudos
tocamos nuestra piel, nuestra certeza
escapan de nosotros las palabras
el alma del planeta las absorbe
las pule con sus lunas y las guarda.
Solo tenemos ciertas, las miradas
las manos temblorosas que se buscan
resistiendo entre el peso del silencio.

Solo están nuestros labios que se hermanan
bajo el techo nocturno de los astros.

Solos tenemos que construir el mundo
sobre la roca levantar los templos
la nave se quebró, ya no hay regreso.

Vuelo

Hoy como ayer, tu ausencia tan presente
me desvela;
igual que en ese tiempo
me hundo en el aroma de tu ropa
me envuelvo en el espacio que has dejado;
recolecto tus gestos.

Veo la ventana, cegados sus colores
por la noche,
el arco de la puerta que te llama
el techo que cobija tus mañanas.

¿Yo soy tan obcecada, no lo sabes?
me escapo de los muros y los siglos
por eso ahora, tomo mi escoba y vuelo.

Buscando en los que duermen, tu sonrisa
atravieso la noche y la distancia;
miro tu almohada.

Quiero que estés conmigo, bien amado
dice el mensaje que sale de mi frente
que te besa los labios, te acaricia.

Entonces me devuelvo suavemente
suplicando a la luna que te cuide
que te llene de luz,
que a mí regreses.

Mi corazón

Hoy vi mi corazón
movido por el viento luminoso
brillando entre las ramas de tu cuerpo
música derretida entre las gotas
escarcha resbalando.

Mi corazón, breve nido de fuego
ahuyenta los inviernos de tu noche
atrapa los luceros, los detiene
los deja junto a ti.

Cubre mi corazón con tu follaje
guárdalo para ti, calladamente
te ilumine recóndita, su luz.

Reiniciemos la danza de la vida
bailen las hojas
hierva de nuevo bajo el sol tu sangre
se salve nuestra piel.

Luz

Vi como el ángel te miró risueño
y batiendo las alas tocó tu corazón
se iluminó tu pecho, brillaron tus cabellos
y de todo tu cuerpo comenzó a brotar luz.

Fascinada miraba bajo argentada noche
las luces que irradiabas como un dios, como un
sol y me acerqué a tocarte por saber si era un sueno
por saber si existías, por saber si eras real
tímidamente puse mi mano entre las tuyas
y una suave corriente me llenó de tu luz.

y así quise quedarme, iluminada siempre
por tu amada sonrisa
junto a ti, con mi sol.

Tatuaje

Esta mañana te miré en mi cuerpo
estabas en mi piel, aquí en mi pecho
las letras de tu nombre me marcaban
te hacían dueño de mí, me poseían.

Blanco y azul, colores que asombrada
mire como pintaban mi epidermis
y así de nueva cuenta confirmaban
que aun seguías en mi, que aun te amaba.

Que dios o dioses, inflexibles, ciegos
¿ me destinan a ti, a ti me entregan?
por que mil fuerzas invisibles me atan
¿ y sellan con tu nombre mi existencia?

Atada estoy a ti ya sin remedio
mi fuerte voluntad está quebrada
y en plena rendición hoy yo te entrego
esta mi suave piel por ti tatuada.

Como la lluvia pertinaz

Como la lluvia pertinaz
que con sus gotas mi ventana lava,
llega tu imagen de muchacho
y aquí al cerrado claustro llama
Cunde la alarma entre los viejos muros
despiértense las voces del pasado
preguntando quien osa desvelarlas
quien como viento se cuela en la morada
que ha mucho tiempo, cuando partió el amado
se quedo silenciosa, amurallada.

Asombrados murmullos recorren las estancias
en la vaga penumbra dos siluetas se alarman
y el dolor, somnoliento, vuelve a iniciar su marcha.

Guardias oscuros asoman parias ojos
de esta casa tapiada, tan sombría
Cúbranse la mirada con enojo,
pues los hiere la luz de tu sonrisa.

Deste solar desprende tu ternura
guarda la rosa que traes para mi pecho
te pude amar pero llegaste tarde
y solo quedan sombras en mi lecho.

Soneto del adiós

Arrancas el adiós amado mío
De estos labios que tanto te besaron :
y mis manos apartas que te amaron g;
pobre se queda tu alma hayal desvío.

Yo te contemplo serena pero triste
porque adivino el llanto tras la rabia
de los dioses no ves la mano sabia
amor te daban y sin saber huiste.

Despides al amor de tu existencia
así desnudo y huérfano te quedas
mas solo que antes infeliz amado.

Mas tu no conoces del amor los lazos
ignoras su terrible persistencia:
siempre te seguirá lo que has dejado.

Hermana

Hoy tuve que atarla fuertemente:
de otro modo hubiera volado hasta tu calle
golpeado con sus gritos tus ventanas
regado las aceras con sus venas
Buscándote debajo del asfalto
como sierpe anhelante
ella hubiese reptado por tus muros
deslizado su amotinado cuerpo ,
buscando entre el silencio tu mirada .

Mas no quise verla
ovillada en el hueco de la noche
su ciega sombra ante tu puerta
cerrada, silenciosa
o peor aun:
las huellas de tus pies sobre su sangre

Por eso la cobijé con mis palabras;
temblorosa y desnuda, resignada
entró de nuevo en mi, encadenada.

El azul de esta tarde

La ciudad me entristece
el azul de esta tarde me lastima
porque miro las nubes tan lejanas
y siento como el viento arrastra las
hojas junto a mi, así como a esa gente
tan desconocida que es como si no existiera.

Sola camino por el barrio en que vives
pero ya no te busco
quizá por que el corazón se me
durmió cansado, fatigado
de recorrer la calle
que nunca me condujo a ti.

Recuerdos

Rompe el cristal del febrero amoroso
desune nuestras risas que cruzaron Abril
separa las palabras de todos mis poemas
y lanza al infinito la luna que te di.

Olvida los chasquidos de todos nuestros besos
y la música aquella que nos gustaba oír
saca de tu memoria mis manos y mi boca
y las lágrimas tuyas que cayeron en mí
y entonces cuando todo lo que tuvimos juntos
se pierda con la ausencia
cuando no mires nunca mi rostro junto a ti
un llanto por las noches escucharás a veces
y quizá nunca sepas que es un ángel que llora
por que a un amor tan grande lo dejamos morir.

El sueño que anunciaba tu llegada

El sueño que anunciaba tu llegada
fue de rosas, rosas en par
frágiles, esbeltas y brillantes.

También vi caracoles
desde el fondo del mar
atravesando las azules ondas
enviaron su mensaje
susurraron tu origen, tus deseos
y una luna pasó, tan solo una r
antes que apareciera tu sonrisa.

Así cuando te encuentro
la ternura está a punto
es un capullo que se fraguó
en la noche
y aquellas tus palabras primeras
son una lluvia de oro
llenando el corazón deshabitado.

Para Martha Alejandra Trigueros
(Víctima durante el mov. Est. de 1999)

No conocí tu rostro, compañera
mas lo adivino:
niña-sonrisa, voluntad de roca
y la mirada del que entiende el mundo:
a ti no te engañaron los que venden
detrás de una pantalla sus mentiras
y desde muy temprano comprendiste
que la vida es de lucha
y de que lado estabas.

Hoy te imagino, Martha
tomada de la mano con los niños
con esos que asesina la miseria
en este mi país adolorido.

Mas tienes la ventaja, niña
de llevar en tu frente los olivos Jn1f
porque en el tiempo de estos asesinos
Indignarse y luchar es cosa de héroes.

Aunque ya no te vemos, te quedaste
tu presencia estará junto a nosotros
en cada grito de protesta ardiente
en cada puño levantado al cielo.

Esta mañana

Esta mañana hermanos, lo he sabido:
las garras criminales lo han tomado
sobre su cuerpo inerme las bestias han caído
para callar su voz de joven valeroso
para destruir su corazón altivo

Lo han llevado a su nefanda sombra
para hincar los corrompidos dientes
en su carne que saben generosa
en sus ojos que miran que la patria
hoy la sostienen tan solo los valientes

Hoy la rabia llegó con la mañana
porque rompen su piel los asesinos
porque sangra su boca de profeta
y los viles se esconden tras Los Pinos

Mas no comprenden esbirros infernales
que la luz no se apaga con las balas
ni los golpes detienen el futuro
cuando marchan unidos codo a codo
la juventud heroica y un pueblo embravecido.


Cuadernos editados
70.- Comunicación y política. César H. Espinosa
71.- Poemas. Luis Nuño Abaonza
72.- Catorce escritores y un filósofo. Armando Altamira Gallardo
73.- Veinte poemas. Francisco Pulido Aranda
74.- Viajando entre zonas de cactáceas y otros ecosistemas mexicanos. Alberto
 Pulido Aranda
75.- La conquista del Pico de Orizaba. Armando Altamira Gallardo
76.- Estudio de los nombres geográficos de la Delegación Iztapalapa. Ángel
 Guadalupe Guzmán Camarillo
77.- En Guerrero: el aire, el paisaje y la miseria son gratis. Testimonio 3
78.- La población de la Magdalena Contreras: crecimiento y consecuencias, una
 primera aproximación. Luis Castillo Oseguera
79.- Loco enamorado. Luis Nuño Abaonza
80,- México y la descripción de varios de sus ricos ecosistemas. Alberto Pulido Aranda
81.- Método para suicidarse en siete lecciones. Armando Altamira Gallardo
82.- Exlibris. Sergio Sánchez Santamaría
83.- Comunicación y poder. Del desafuero a la Ley Televisa. César H. Espinosa
84.- Benita Galeana, una comunista honesta. Jorge Basurto
85.- Suspirando ante la luna. Marco Antonio Meza López
86.- Letras inglesas y noruegas. Armando Altamira Gallardo

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enero 2007