Número 20 Época IV Marzo-abril 2011
La educación superior Así, mientras en 1970 la demanda de los institutos privados era de apenas 13.8 por ciento, a principios de la década de 2000 ya significa el 32.6 puntos porcentuales; en tanto que el gasto por alumno apenas igualó en el año 2002 el monto que tenía desde 1994 y que asciende a unos de 29 mil pesos. Lo anterior se establece en el capítulo sobre México, contenido en el libro Internacional handbook of highereducation, uno de los textos a escala internacional de alta especialización y prestigio en el ámbito educativo, el cual incluye un balance de la enseñanza superior en diversos países del mundo. En el análisis, Casanova Cardiel puntualiza los efectos de las llamadas "políticas de modernización" en la enseñanza, propias del esquema neoliberal implementado en nuestro país en las dos décadas pasadas. De hecho, sostiene, "hay evidencias para pensar que el leitmotiv de la modernización de la educación superior en México ha sido la problemática del financiamiento. "En la década de los 80 la conjunción de una serie de factores la crisis económica nacional, el ascenso de los esquemas macroeconómicos del neoliberalismo y una creciente confianza en soluciones de corte tecnocrático llegaron a situar la problemática de la educación superior más en la perspectiva de los asuntos financieros que en la órbita misma de la enseñanza." En su balance sobre estos impactos, alerta que el incremento del régimen privado funciona en su mayoría con instituciones de modestos rendimientos académicos y sólo un reducido grupo ha despuntado en términos de calidad y exigencia académica. En posgrado, entre 1980 y 2000, el sistema privado pasó del 23 por ciento al 40 por ciento en la atención de estudiantes, "mientras que las instituciones públicas descendieron en proporción inversa". Evaluación fallida y corte gerencial En cuanto a la evaluación, afirma que a dos décadas de su implementación, los resultados obtenidos no son proporcionales a los esfuerzos invertidos "y se carece de evidencias que demuestren el impacto de la evaluación en la efectiva mejora de la calidad". En materia de la demanda y la expansión, observa que mientras en la década de los 70 la población estudiantil en ese nivel creció cuatro veces al pasar de 224 mil 390 a 853 mil 384 alumnos, en los 80 años en los que inician las "políticas de modernización" propias del esquema neoliberal se registró un "descenso brusco en la tendencia expansiva" con un aumento de menos de 50 por ciento y una cobertura de poco más de un millón de estudiantes. La cobertura actual, de más de dos millones de alumnos, con respecto a la década de los 80, representa una "recuperación relativa" del crecimiento. Por otro lado, expresa que México no ha estado al margen de las reformas de gobierno en las instituciones educativas y pueden observarse tensiones entre las modalidades de corte gerencial frente a las de gestión académica que apelan a las formas colegiadas en la toma de decisiones. Por último, el investigador del Centro de Estudios sobre la Universidad apunta cinco dimensiones críticas relacionadas con algunos de los principales retos. Uno de ellos es el del crecimiento cuantitativo, pues recuerda que a inicios de este siglo, alrededor del 80 por ciento de los jóvenes mexicanos entre 18 y 24 años están fuera de la educación superior. También, destaca la necesidad de consolidar la planta académica de las instituciones privadas, mejorar sus programas de licenciatura, fortalecer la calidad de su oferta y generar programas de investigación. Además, se deben incorporar mecanismos que aseguren la calidad, pues hasta el momento las estrategias se han centrado en torno a la evaluación y la acreditación y hay reservas sobre la efectividad de dichas medidas. El experto destaca que si bien en la enseñanza superior han de considerarse los planteamientos de diversos segmentos de la sociedad, de los mercados y del Estado, la racionalidad que guíe su desarrollo no puede ser otra que la académica. Ese podría ser uno de los mayoresdesafíos de este nivel, puntualiza.14 La salud De acuerdo con la reforma a la Ley General de Salud vigente desde 2004 y por la cual se creó el Sistema Nacional de Protección Social en Salud y su brazo operativo, el Seguro Popular, progresivamente se deben incorporar a este esquema quienes carecen de seguridad social, mientras al mismo ritmo aumenta el presupuesto. Para 2008, la Ssa dispone de 13 mil 400 millones de pesos, que representa un aumento de 17 por ciento respecto del año anterior. En tanto, el Seguro Popular cuenta con 37 mil 700 millones, 45 por ciento más respecto del monto de 2007. El informe más reciente del Seguro Popular señala que se han afiliado 7.8 millones de familias de unos 12 millones de núcleos que en 2004 no tenían atención médica. A la fecha 25 millones de personas forman parte de éste que se considera el tercer pilar del sistema nacional de salud, aunque es incierto si efectivamente reciben los servicios que requieren. Lo anterior se debe, entre otros factores, al aún insuficiente número de clínicas y hospitales en el país y a los obstáculos para poner en marcha instalaciones. Es el caso del Hospital Regional de Alta Especialidad de Mérida, Yucatán, cuya inauguración tiene un retraso de dos años. Desde 2006 está concluido y listo el equipamiento, pero no ha empezado a operar. El Plan Maestro de Infraestructura prevé construir 12 hospitales de alta especialidad, de los cuales están en funciones el de El Bajío, Oaxaca y Chiapas. La Ssa prevé que antes de fin de año habrá inaugurado dos más, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, y en Durango. El rezago es importante. Datos oficiales señalan que en 2006 había 10 mil 735 unidades, de las cuales casi 10 mil eran centros de salud, 79 unidades de especialidad médica, 133 hospitales de la comunidad y 382 generales, además de ocho hospitales federales de referencia y 10 institutos nacionales de salud, éstos concentrados en el Distrito Federal. Con 30 años de antigüedad en promedio, a la mayoría de esos inmuebles les falta equipo o personal; además, menos de un tercio de las unidades médicas cuentan con la certificación para servir a los usuarios del Seguro Popular. El gobierno calderonista planea construir tres mil 600 unidades –en su mayoría centros de atención primaria, donde se deben resolver 85 por ciento de las enfermedades–; así como 580 unidades de especialidades para el diagnóstico, tratamiento y prevención de males crónicos. De éstas, 254 están funcionando. Aun así, en 8 por ciento del país la infraestructura pública o privada de salud es totalmente inexistente. Se trata de las zonas de mayor marginación y difícil acceso, donde además se tienen los más altos índices de mortalidad materna y por las cuales el país no podrá cumplir con la Meta del Milenio de reducir la tasa de defunciones relacionadas con el embarazo y el parto. Para atender a esta población, el gobierno retomó el proyecto de las brigadas médicas que operaron con financiamiento externo entre 1994 y 2000, y que durante el gobierno de Fox se dejaron bajo la responsabilidad de los servicios estatales.15 La Democracia En México, la democracia sólo la percibimos en el espectro electoral, mas no en la participación de la sociedad pues sólo se toma en cuenta a la población en época de elecciones. En el espectro político, el partido en el poder, Partido Acción Nacional, y el Partido Revolucionario Institucional, se asocian para aprobar con sus bancadas en el congreso, iniciativas que garantizan los intereses de la oligarquía que maneja la economía de este país. En los primeros dos años del gobierno de Felipe Calderón los resultados están a la vista, se dice que si la legitimidad no se obtuviera a través de los electores, entonces se obtendría a través de acciones del gobierno que beneficiaran a la sociedad. Sin embargo, observamos que es el pago de facturas a todos los grupos de poder, que de una u otra manera lo respaldaron (la cúpula empresarial nacional y extranjera, el alto clero y grupos políticos afines, a quienes no convenía cambio alguno, PRI, PAN, PVEM, PANAL), por el riesgo de rendir cuentas del latrocinio cometido, durante varias décadas y otros en apenas un sexenio. En los años transcurridos las acciones del ejecutivo violan el precepto constitucional, al no apegarse al Estado de Derecho, vulnerando las garantías de los ciudadanos, y permitiendo el enriquecimiento de los grandes capitalistas nacionales y extranjeros. Conclusiones En los cuatro años del gobierno de Felipe Calderón, los grandes problemas de la nación no sólo se deben analizar sino que es necesario resolverlos de manera radical, en donde todos los actores sociales estén presentes. Nuestro país vive desde la llegada del presidente de facto una de sus peores crisis en lo político, lo económico y lo social. Esto nos lleva a plantear la necesidad de construir las estrategias que nos lleven a una transformación política y económica, que tenga su repercusión en la sociedad, y particularmente en los sectores más desprotegidos, víctimas de la pobreza, de la marginación y exclusión social, que ha llevado a miles de ciudadanos a buscar mejores condiciones de vida en los Estados Unidos, en donde también enfrentan una discriminación que los humilla, que los convierte en ciudadanos sin futuro. Felipe Calderón adoptó el Modelo Neoliberal como credo propio, que sólo le garantiza sus intereses a los dueños del capital nacional y extranjero, que empuja a la población a una desintegración, pues factores como el difícil acceso al empleo no le permiten satisfacer sus necesidades más inmediatas. Los riegos son enormes, un gobierno que no escucha los reclamos de las grandes masas sociales y miente constantemente sobre el empleo, la educación, la migración, la salud, etc., es un gobierno condenado al fracaso y a salir por la puerta de atrás, así como llegó. Éste sido incapaz de generar estrategias para crear empleos, para eliminar los grandes rezagos políticos, económicos, sociales y culturales, para negociar en beneficio de los migrantes mexicanos acuerdos suficientes, que respeten sus derechos en el extranjero. No se ha comprometido con la nación que gobierna, la pobreza y la profunda desigualdad que sufren los mexicanos se redimensionan peligrosamente, En cambio, los hombres más acaudalados de este país hoy le exigen que pague las facturas por el apoyo que le brindaron en el 2006, y les corresponde de inmediato. Es necesario, entonces, generar estrategias para resolver todos y cada uno de los rubros en que este gobierno no funciona, se deben fortalecer vía el presupuestolos programas de apoyo alimentario, crear un sistema nacional de salud fuerte y de largo alcance. En el sector educativo es fundamental eliminar al sindicalismo corporativo corrupto que manifiesta intereses políticos, antes que de la educación de niños y jóvenes. Es importante que la educación recupere su misión histórica de formar a las generaciones de individuos, y que se convierta nuevamente en el motor del desarrollo de la sociedad mexicana. Es impostergable dar prioridad a una política social que garantice a los mexicanos el respeto de sus garantías sociales, como una forma de democracia a la cual aspiramos desde hace décadas y que consagra nuestra carta magna. NOTAS: Fuentes de consulta.
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